Para ser realmente efectiva, una ventaja competitiva debe ser:
- difícil de igualar
- única
- posible de mantener
- netamente superior a la competencia
- aplicable a variadas situaciones
Ejemplos de características de compañía que pueden constituir una ventaja competitiva:
- Orientación al [cliente], valor de la vida del cliente
- cualidad superior del producto
- contratos de distribución de largo período
- valor de marca acumulado y buena reputación de la compañía
- técnicas de producción de bajo costo, liderazgo en costes
- posesión de patentes y copyright
- monopolio protegido por el gobierno
- equipo profesional altamente cualificado
La lista de ventajas competitivas potenciales es muy larga. Sin embargo, hay quien opina que en un [mercado tan cambiante] no existen realmente ventajas competitivas que se puedan mantener durante mucho tiempo. Se dice que la única ventaja competitiva de largo recorrido es que una empresa pueda estar alerta y sea tan ágil como para poder encontrar siempre una ventaja sin importar lo que pueda ocurrir.
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